martes, 11 de enero de 2011

La sombra de Javi

En el pasado me acusaban de ser algo infantil, pero ahora la verdad es que me cuesta mucho trabajo ponerme en el lugar de un niño. Cuando tengo que jugar con ellos de repente no se me ocurre nada y me doy cuenta que me estoy amohinando, perdiendo la frescura.
Nos empeñamos en regalar a los niños juguetes más o menos sofisticados, con ruidos y colores llamativos o juguetes educativos, cuando un niño lo que le sobra es imaginación e inocencia.
¿Alguien ha probado a ponerse físicamente en el lugar de un niño?, las cosas se ven de otra forma desde allí abajo. Como ejemplo contar que un día Sarita me quitó la cámara de fotos y sin saber cómo le hizo una foto a su hermano. Yo la regañé y al coger la máquina para borrar la foto me di cuenta que la foto había salido bastante bien, pero lo mejor fué verla desde su perspectiva....
En esa linea ayer estaba con Javier en el colegio por la tarde viendo un entrenamiento de hockey y de repente me doy la vuelta y veo que Javi está mirando mi sombra, como diciendo "quién será este tio negro que está detrás de mi padre". En principio no le presté mucha atención y seguí mirando el entrenamiento, pero al fijarme otra vez me di cuenta que Javi no sabía lo que era la sombra. Parece una jilipollez, pero un niño de 2 años está descubriéndolo todo y la sombra no es poca cosa. Entonces le presenté a su propia sombra. Se quedó parado sin entender por qué había una persona más pequeña negra junto a la otra más grande, pero cuando le moví los brazos y vio que era él se echo una risilla de descubrimiento de esa forma que sólo los niños pueden.
Entonces empezó a mover las piernas y a jugar con su otro yo, se estaban haciendo amigos.
Gracias a esto y por unos breves instantes entendí lo que era ser un niño y me encantó...

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