lunes, 25 de abril de 2011

Tradición y respeto



No sé por qué hay gente que le gusta guardar las tradiciones y a otras les da igual. Incluso siendo de la misma familia y habiendo vivido lo mismo. A los unos les parece que el no seguir con las costumbres es un acto de desaraigo dificilmente perdonable y para los otros les parece estupido seguir con unas tradiciones en las que no crees simplemente por el hecho de que tus "mayores" o tu pais o tu pueblo lo hacen.
Quizás ambos "bandos" tengan su parte de razón, pero ante todo, lo que habría que prevalecer es el respeto. Con motivo de la Semana Santa se convocó en Madrid una procesión anti-procesión, como una mofa a los que por un motivo u otro celebran con procesiones los actos religiosos propios de esta semana. Y es que no entiendo la necesidad que tienen estos movimientos en ridicularizar a aquellos ,que por creencias religiosas y sin meterse con nadie, que siguen celebrando unos actos de su religión. Aquellos a los que se les llena la boca pidiendo libertad luego resultan ser los más intolerantes.

Yo por mi parte seguí con mi tradición de asistir a la procesión del Camino del Calvario en Cuenca (conocida por la procesión de Las Turbas) el jueves santo por la noche y madrugada del domingo. A mí me llevó mi padre cuando era un niño y aunque después resultó que mi padre no era especialmente "aficionado" a este mundo sí que hizo que a mí se me metiera en lo más profundo, como a tanta gente que cuando ve a "su" Virgen se emocionan... ¿por qué?. Objetivamente visto no son más que unas piezas escultóricas más o menos bonitas y unos ropajes totalmente innecesarios, por lo que sería estúpido (desde un punto de vista frío y objetivo) rezarles y adorarles. Pero como en otras cuestiones de la vida yo creo que trasciende de la objetividad, y estas imágenes encarnan muchas otras cosas: recuerdos de gente que ya no está, añoranzas de otros tiempos, vivencias familiares que se enraizan en lo más hondo de los tiempos.....
Y yo sólo pido respeto a esos que nos miran y no entienden y que se permiten la impertinencia de juzgar y criticar. Yo no les juzgaré por tener sus propios iDioses y sus muy veneradas Vírg€n€s, cada cual con lo suyo.