lunes, 19 de julio de 2010

vocaciones

A pesar del título, no es un tema religioso el que quería tratar hoy.
Siempre me ha dado mucha envidia, sana, la gente que ha encontrado algo en la vida a lo que dedicarse. Médicos, arquitectos, pero también abogados, economistas o carpinteros y agricultores.
La verdad es que a mí nunca me ha gustado nada tanto como para tomarlo como mío y dedicarle suficiente tiempo. Igual que con el deporte, que he practicado y practico mucho y variado, nunca he sido especialmente bueno o malo, he sido normal, de esos que cuando en el cole echan a pares y nones para escoger equipo a mí me cogían de los del medio, después de los buenos y antes que los muy malos.
Pues eso, que cuando veo a alguien que trabaja en algo que le gusta me da que pensar y rebusco dentro de mí a ver si encuentro, pero por el momento no he encontrado nada. Amigos abogados que se duermen leyendo leyes, o médicos que escriben artículos, o investigadores siempre con una tesis en ciernes, o empresarios ocupadísimos y con grandes proyectos en mente.
Yo trabajo donde trabajo por cuestiones del destino, y no me quejo, todo lo contrario, pero supongo que como decía mi padre: "la vida es como una corrida de toros, los que están dentro quieren salir y los de fuera están deseando entrar", y lo mismo muchos de esos a los que yo envidio les encantaría llevar una vida como la mía, bastante cómoda, sin jefes a los que temer, ni compañeros cabrones a los que odiar, ni horarios absurdos que cumplir "por que sí".
Supongo que como en esos reportajes de viajeros en los que cuentan historias de gente que con 50 años encontró su vocación y pasaron de un trabajo de chaqueta y corbata muy bien remunerado a montarse un negocio de turimo rural en Perú, por ejemplo, algún día encontraré ese algo que me haga levantarme por la mañana con ganas e ilusión de seguir donde lo dejé el día anterior.
Por ahora lo más parecido, aunque no se puede comparar, es haber sido padre, y humildemente creo que eso no se me da del todo mal, con lo que mientras me llega la otra vocación, la profesional, me seguiré dedicando a estos dos enanos que tanto me llenan y rellenan esos espacios vacíos.....

1 comentario:

  1. Hola Jorge: Yo llegué al mundo del vino por casualidad y ahora mismo creo que he encontrado mi sitio. Este mundo es precioso y está lleno de retos continuos, porque cada añada es diferente, cada vino distinto y los argumentos de venta, aunque sigan un patrón común, nunca se repiten.

    Creo que lo importante es estar alerta y receptivo, seguir buscando y no conformarse, así como entender que la vida es algo dinámico y que cuando menos te lo esperas puedes encontrarte el sueño de tu vida. Por lo pronto y en cualquier caso, creo que tienes un proyecto fabuloso con los niños y tu familia. No puedo imaginarme nada más bonito.

    Un fuerte abrazo

    Un fuerte abrazo

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