martes, 5 de octubre de 2010

Acabar con la corbata

Uno de los objetivos de este año (curso) era cambiar un poco de look, no dejarme coleta ni ponerme piercing sino algo tan sencillo como no ponerme la corbata y el tan socorrido traje. ¿Por qué?, pues porque después de 11 años poniéndomelo casi a diario me he dado cuenta que el hábito no hace al monje sino más bien que la mona aunque se vista de seda mona se queda. Me lo empecé a poner para trabajar y por un imperativo familiar y queriendo aparentar algo más de lo que era. Este verano, cuando ya vestido más ligero veía a esos ejecutivos andando por la Castellana, con sus trajes oscuros y camisas con gemelos a unos 38º se me hacía ridículo, y más esa sensación como que se creían que por ir de esa guisa eran más importantes.... ay, cuanta ignorancia.
Mis clientes más grandes (en dinero), cuando les visito o quedamos a comer no suelen llevar traje ni corbata porque no tienen que impresionar a nadie, ni están supeditados al qué dirán ni a ninguna norma social. Además que el traje y corbata no es ni siquiera etiqueta exclusiva de ejecutivos con sueldos astronómicos o abogados de alto caché, ya que los hombres trajeados más elegantes que he visto son los vendedores de calzado de El Corte Inglés y, con todo el respeto, se pasan todo el día de rodillas y oliéndoles los pies a todo el mundo.

Además, ¿qué función cumple la corbata?, ni abriga ni es cómoda. Te aprieta y es susceptible de ser sumergida en sopas y cafés. Seguramente dentro de unos años o generaciones cuando miren nuestras fotos dirán:"mira, mi abuelo llevaba a trabajar un trapo atado al cuello... Que ridículo". como cuando nosotros vemos esos trajes del siglo de oro con esas pelucas y esos pantalones abombados con medias...

Habrá momentos para ponérmela por "no dar la nota", pero actualmente me siento muy liberado y creo que afrontando la recta a los 40 hay que empezar a decir aquello que alguien puso en el facebook y que atribuía a G.G.Márquez: "a partir de los 40 empecé a decir NO cuando quería decir NO". Parece un poco brusco, pero definitivamente es liberador y lo estoy aplicando en diversos ámbitos de mi vida.

4 comentarios:

  1. Grande George, mítico, y totalmente de acuerdo, lo bueno de crecer es que uno empieza a hacer lo que le apetece, se acabaron los convencionalismos, un abrazo

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  2. Muchas gracias Pedja, que sepas que tú eres uno de los más elegantes con el traje, más aún que los del departamento de zapatería del Corte Inglés.... Un abrazo

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  3. Mítico, mi primera aportación en un blog. De acuerdo en lo de las apariencias y lo importante de crecer para decir no (me debí cruzar con casi todas las mujeres precozmente maduradas). No obstante ;-), tiene ventajas como:tapadera de michelines, facilitador del que me voy a poner o el planchar solo la pechera de las camisas que es lo único que se ve (esto, lo mismo, es truco de solterones).
    El blog se podría completar con la jerarquía establecida sobre el número de botones desabrochados y abalorios dorados entre algunos de esos clientes que no llevan corbatas. Vamos, que cada grupo social tiene sus elementos identificativos (apertura legionaria de camisa, nudo windsor, piercings y tatuajes). Cada uno que busque el suyo. Lo bueno de que seas tu jefe-masca-dueño de todo esto es que puedes elegir...Los last monkeys a lo que nos digan los jefes (de repente, los viernes con chinos y camisas sí que eres profesional y currante pero si lo haces un martes no...)
    Besos,
    JM

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  4. Que razón tienes Juan. La verdad es que es un ridículo que lo que para un día está correcto al día siguiente no lo sea y al revés. Tienes razón en lo de que cada grupo social tiene unos elementos identificativos, y a veces el llevar traje es más barato y cómodo que intentar y arreglado pero informal.
    Yo me refería además al cliqué (¿se dice así?)de lo que llevar traje significaba y lo que significa ahora. Antes, en la época de nuestros padres había unas diferencias profesionales en cuanto a la vestimenta, los trabajadores manuales se vestían de azul (de ahí la camisa de la Falange) y los "intelectuales" con camisas blancas (y los abogados con corbatas negras).
    Ahora ya no es así, y los Bill Gates de turno van con vaqueros y zapatillas y los comerciales curritos mileuristas tienen que ir con traje para aparentar, como si ahí radicase su valía y talento.
    En fin, ya serás jefe algún día y quedaremos en el Chipirón a tomar cafeses....
    Un abrazo y muchas gracias por participar.

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