Es curioso que nos pasemos casi toda la vida queriendo ser mayores. Mi hija se pasa el día diciendo que ella es mayor y yo me acuerdo que cuando te preguntaban por tu edad decías el año que ibas a cumplir( tengo casi 11 años...). Luego te empiezan a decir que tienes que madurar, que dejes de ser un niño y que te comportes como un hombre, que te desprendas de todo eso que tienes de único como la curiosidad, la risa, los sueños.....
Entonces, poco a poco, te introduces en el mundo de los mayores, donde los colores se funden en muchos tonos grises, ya no hay tantas risas inocentes y los sueños tratan sobre trabajos, dinero y lujos que no puedes pagar y que te meten en un mundo de frustraciones, donde casi todo son problemas e inconvenientes y donde mucha gente sin motivo aparente vive amargada y haciendo infeliz a los que le rodean.
Pues que bien, ya soy un hombre, he madurado y tengo que escuchar conversaciones sobre el mercado laboral, hipotecas de casas, tipos de intereses.... y de reojo, mientras oigo (que no escucho) este tipo de conversaciones "super animadas",miro a los niños, que juegan y sueñan y pienso si en realidad era necesario entrar en este mundo de mayores. A mí no me gusta aunque a veces no haya manera de escapar. Me gusta ver paisajes, la naturaleza, reirme, comer, andar, hacer deporte, soñar y vivir en un mundo de colores, de muchos colores, donde el gris es uno mas.
Entonces, poco a poco, te introduces en el mundo de los mayores, donde los colores se funden en muchos tonos grises, ya no hay tantas risas inocentes y los sueños tratan sobre trabajos, dinero y lujos que no puedes pagar y que te meten en un mundo de frustraciones, donde casi todo son problemas e inconvenientes y donde mucha gente sin motivo aparente vive amargada y haciendo infeliz a los que le rodean.
Pues que bien, ya soy un hombre, he madurado y tengo que escuchar conversaciones sobre el mercado laboral, hipotecas de casas, tipos de intereses.... y de reojo, mientras oigo (que no escucho) este tipo de conversaciones "super animadas",miro a los niños, que juegan y sueñan y pienso si en realidad era necesario entrar en este mundo de mayores. A mí no me gusta aunque a veces no haya manera de escapar. Me gusta ver paisajes, la naturaleza, reirme, comer, andar, hacer deporte, soñar y vivir en un mundo de colores, de muchos colores, donde el gris es uno mas.
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