lunes, 30 de agosto de 2010

CONCLUSIONES VERANIEGAS

Me pasa como a muchos, y es que regimos nuestros relojes vitales con el curso académico. Además a mí me gusta aprovechar el verano para mirar hacia atrás y sobre todo hacia adelante, marcarme nuevos objetivos a corto y medio plazo (lo que mi amigo Hector denomina autocoaching) y empezar el año (el curso) con un nuevo talante (como me jode que esta palabreja vaya aparejada a ZP).
Una de las conclusiones que he sacadio este verano es que con los que más a gusto estoy es con mi familia, más concretamente con mi mjer y mis hijos. Hemos pasado unas vacaciones de lo más humildes, sin grandes lujos, pero hemos estado juntos, nos hemos reído y hemos creado esos momentos que ya forman parte de nuestra jovén historia familiar.
Con esa premisa también me he decidido a no perder el tiempo con gente que no se lo merece, los violentos que nos amargan las fiestas, los monsús que no nos hablan y no les importan nuestros hijos (monsú= dícese de alguién sin sal, amargao, que no aporta nada, tonto la vaina...), y en general aquella gente que no nos hace felices, porque al final la vida pasa y hay que ir buscando la gente que nos llena, que queremos y que nos quiere, con la que compartimos momentos míticos, alegres, o tristes y duros pero compartimos VIDA.
Por ello me he marcado como objetivo vital no acercame más de lo necesario al lado oscuro, disfrutar con los míos, soñar con viajes familiares y risas en el coche, con fiestas de amigos con un buen vino en la mano, con hermanos ejerciendo de tíos y abuelas encantadas con los besos de sus nietos..... con tantas fotos bonitas con las que seguir rellenando nuestro albúm de la vida.