Dos o tres veces durante la noche se despierta la pobre Sara a la que le está subiendo la fiebre y encima tiene sed.... A las 6:30 a.m. ya estoy despierto y aunque no quería levantarme hasta las 7:30 decido levantarme y empezar a desayunar y estirar un poco los músculos. Plátano, acuarius y chocolate es mi desayuno.
Después de la preceptiva visita al baño y vestirme con todas las precauciones sabidas (vaselina en todos los lugares posibles de roces) me marcho hacia el Estadio Olímpico.
A las 8:15 ya hay un montón de gente. Muy buen ambiente, y bastante buen tiempo aunque un poco fresco.
Accedemos al Estadio por el tunel de entrada al Estadio. Muchos w.c. y la zona de ropero muy bien organizada. La mayoría de los corredores están concentrados en una gran sala con algo de aire acondiconado caliente. Como si fuese una cata de vinos haré una descripción de lo que allí te encuentras:
Fase visual: te fijas en cómo van vestidos, las zapatillas que llevan, si la gente se echa mucho potingue y cómo se ven de cualidades físicas. Por lo que puedo ver, aquí hay nivel, ya no estoy en una carrera de 10 km. en plan cachondeo, esto va en serio...
Fase olfativa: mucho reflex, olor a pies y a nervios contenidos
Te pones a estirar y a imitar los estiramientos que ves en otros. Como voy solo no hablo con nadie pero hay un ambiente bastante cordial y muchos grupos de corredores de todas partes de España y de Europa (ingleses, italianos, portugueses...).
A las 9:15 h abren las puertas del Estadio para ir hacia la salida. La verdad es que acojona estar dentro de un Estadio Olímpico. Nos vamos agolpando en la salida y después del pistoletazo, aplausos y empieza a salir la gente, los primeros (casi todos marroquís y subsaharianos) salen a toda leche, ¡¡¡la madre que los parió!!!.
Los primeros kilómetros de toma de contacto, buenas sensaciones e intentar ir cogiendo un ritmo cómodo de carrera. Me marco los 5:20 minutos/km como ritmo adecuado y me concentro en disfrutar de la carrera. Adelanto a unos y otros me adelantan a mí, es como un cash flow de corredores y no llegas a estar más de dos km. al lado de nadie.
Me tengo que parar a orinar porque ya voy incómodo y así sigo tranquilamente.
Al poco, a los 5 km. ya dan avituallamiento y siguiendo los consejos que he leído y escuchado decido beber en todos, además te dan tanto agua como acuarius de naranja, genial!!.
Nos metemos en la ciudad de Sevilla, por barrios que nunca he visto ni siquiera de pasada. Mucha animación por las calles y muchísimo atasco el que se ha formado con esto de la Maratón...
Hasta el km. 10 la gente sigue hablando y haciendo bromas. Yo voy bastante bien e incluso subo el ritmo a 5:18.
Veo a los Santis en un par de ocasiones, ¡¡¡menudo equipo!!. La verdad es que hace ilusión ver a gente conocida.
En Kansas City afrontamos la media Maratón y ya no hay ni charlas ni bromas. La gente va concentrada y ya se ve a algunos que se paran y van andando.
Personalmente me encuentro bien de fondo pero las piernas me empiezan a doler. Sobre el km. 25 me espera Susana con los niños y me hace mucha ilusión, parándome un segundo a darles un beso.
A partir del 28 la cosa se pone complicada y aunque llevo la música desde el 19 ya no hace el efecto deseado. Pensaba que me iba a motivar más pero me limito a escucharla y oir más mis pensamientos. Pienso en qué voy a escribir en este post si termino, en cómo me voy a sentir cuando llegue a meta..... pienso en que estoy escribiendo una página muy importante en mi vida y que no me puedo venir abajo.
Ves gente de más de 70 años corriendo, encogidos y pellejudos, con las piernas como amasijos de alambres envueltos en piel añeja, pero los tios ahí van luchando como el resto, así me vea yo a sus años...
De los maratonianos que más me impactaron fueron aquellos que llevaban inpresas en sus camisetas fotos de algún amigo o familar fallecido: "papá esto va por tí", "mi padre corre conmigo".. son algunos de los que más me llegaron, pero sobre todo lo que más me impresionó y me ayudó a no rendirme fue uno que iba con su silla de ruedas. El esfuerzo se me antojaba mayor que el nuestro y el hombre (más de 60 le calculo) era animado por todos los que nos acercábamos. Él tenía una palabra amable a pesar del agotamiento que debía de llevar. Que grandes ejemplos de superación , así que para quejarse estaba uno.
Sobre los km del muro , los 30, ya estamos entre Los Remedios y Triana. Esta parte se me hace muy dura y los cuadriceps los tengo bastante doloridos. Aunque la cabeza le dice a las piernas que corran, estas cada vez lo hacen más lentamente como si me pesasen el doble. La cara la siento tensa por el esfuerzo y tengo ganas como de vomitar. El agua de los avituallamientos me da ardor de estómago y cada vez baja más el ritmo.
Desisto de llegar en menos de 4 horas y pienso sinceramente si no debería parar a estirar las piernas. No lo hago por cabezón y porque creo que si me paro no vuelvo a correr. Sobre el km. 38 pienso que en mi vida vuelvo a correr un Maratón y eso que el desnivel es nulo y el tiempo perfecto para correr.
Cuando llegas al 40 y ves de cerca el Estadio ya sabes que de una forma u otra has llegado. Te animan corredores que ya han llegado hace mucho y te dicen que aprietes, que llegas en menos de 4 horas. Esto me hace sacar fuerzas de no sé donde y apretar los dientes. Bajo el tunel de acceso al estadio y entro en la pista de atletismo. Venga, ya sólo 200 metros y he llegado. Encima el tiempo en mi reloj me marca 3:57 con lo que aún puedo llegar por debajo de los míticos 4.
En la última recta esprinto como puedo y oigo a Susana y a Santi gritar mi nombre. Apenas puedo verlos entre el sudor y la mezcla de reflex que me han echado y vaselina que llevo por todas partes.
Al final, en el 3:59:59 que marca el reloj oficial entro en meta y alzo las manos con la V de victoria. Se lo dedico a mi padre y a todos los que me han apoyado, especialmente a mi mujer.
Me arropan con una toalla, me quitan el chip ya que no me puedo agachar y me entregan una medalla y me dicen " enhorabuena, lo has consegudo". No puedo evitarlo y me tapo la cara con la toalla y me pongo a llorar. Estoy extenuado y muy dolorido, sin apenas energía.
Me dejo llevar y recojo la ropa.
Ya he terminado, ¡¡he terminado un Maratón!!!. En ese momento no siento una especial euforia, me conformo con encontrar a los míos para abrazarles.
Ha sido una experiencia única. Nunca me he preparado ni vivido un deporte como lo he hecho durante estos últimos 63 días. Nunca me olvidaré de todo lo que ha rodeado a esta Maratón de Sevilla, todos los días de entrenamientos, madrugones, frios, lluvias, darle vueltas a la cabeza imaginando como sería, qué sentiría..... y ya está, objetivo cumplido.
¿Y ahora?, ¿volveré algún día a correr otra?.... ahora a descansar unos días, aunque sólo sea porque me cuesta hasta andar y ya no hablemos de bajar escaleras. Cuando me recupere seguiré corriendo por las mañanas, apuntándome a medias y de 10 km. y quién sabe cuál será el próximo reto...
Quería acordarme de todos los que durante estos meses me han apoyado y animado, incluso los que no lo han hecho porque es otra forma de animar. Dar las gracias a los amigos del facebook, a los que me han llamado y especialmente a la familia Requero Jimenez que se han venido a Sevilla para animarme en persona. Pero sobre todo a Susana que es la que me ha aguantado todos los días y la que más ánimo me ha dado.